Definir cuáles líneas editoriales ha de manejar una empresa editorial es crucial; es parte de la definición de una editorial, su misión y su visión.
La oración citada del capítulo "Breve panorama de la industria
editorial contemporánea", del libro Manual
de edición. Guía para editores, autores, correctores de estilo y diagramadores,
del Cerlac, hizo que me cuestione algunas ideas y situaciones personales al respecto.
Desde que algunas personas de mi entorno se enteraron que estudiaba Edición surgieron comentarios y propuestas para que
yo los editara. En esos momentos recién empezaba la carrera por lo que no
contaba con conocimientos teóricos para evaluarlo y mucho menos sobre cómo
llevarlo a cabo.
No eran propuestas similares. Una era de opiniones sobre la Iglesia de un hombre mayor
católico que ni siquiera tenía un manuscrito pero tenía intenciones de publicar
algo. La otra propuesta era la de un obrero metalúrgico, artista plástico y
poeta que quería publicar sus poemas y regalar su libro a sus compañeros de
trabajo.
Al recibir estas propuestas pensé que, en un futuro, podría llevarlas a cabo
para adquirir experiencia. Sin embargo, no había pensado en lo que se ha
charlado en distintas clases, tanto en el seminario como en Edición editorial:
la diferencia entre una empresa editorial y una empresa de servicios
editoriales.
En una empresa editorial el cliente es el lector. En una empresa de
servicios editoriales el cliente es el autor.
Llevar a cabo ambos proyectos sería trabajar como una empresa de servicios
editoriales, porque no estaría definiendo la misión de mi editorial; no tendría
en claro cuál sería la línea editorial elegida. Pero la realidad es que no
tengo bien en claro cuál es la línea editorial que me gustaría seguir y
desarrollar. Solo sé que necesito adquirir experiencia en proyectos
editoriales.
¿Pero cómo puedo llevar a cabo proyectos editoriales si no defino qué línea
editorial quiero seguir? ¿Es posible primero trabajar como una empresa de
servicios editoriales y después pasar a ser una empresa editorial?
En cuanto al catálogo, ¿qué clase de catálogo se conformaría?, ¿en realidad
existiría uno? Porque no reflejaría una línea editorial sino distintos trabajos
realizados entre los que no habría relación. Tal como especifica Davis en el capítulo 1 de Gestión de proyectos
editoriales. Cómo encargar y contratar libros:
(…) los catálogos se organizan en torno de un mercado (…). Su organización permite establecer la base sobre la cual desarrollar un producto que satisfaga una determinada necesidad o apetencia (…).
Por eso, en caso de que iniciara mis actividades como una empresa de servicios
editoriales e imprimiera cualquier manuscrito solicitado por su autor, al pasar
a trabajar como una editorial propiamente dicha mi editorial no tendría un catálogo
conformado y mucho menos unificado.
Me queda pendiente, entonces, averiguar si es posible cambiar de tipo de
empresa o decidir qué línea editorial voy a desarrollar antes de iniciar mis
actividades como editora.
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