lunes, 21 de abril de 2014

Antes de poner la firma


Segundo posteo orientado a comentar otro capítulo de Gill Davies, "Contratación de proyectos" del mismo libro sobre el que ya comenté.
Como primer paso será útil preparar argumentos escritos que justifiquen la publicación: especifique las características esenciales del libro y lo que aportarán a los lectores.
Debemos preguntarnos sobre los lectores, pruebas del éxito esperado, necesidades a satisfacer, adecuación de la presentación, fortalezas y debilidades frente a la competencia, potencial de venta de derechos subsidiarios, entre otras cuestiones.

Respecto al rol del autor, que cumpla con los plazos de entrega y con la extensión acordada es uno de los problemas más frecuentes de los editores.

Si el texto es muy corto, deberemos evaluar su publicación porque las ganancias serán menores y su tamaño lo puede hacer invisible en los anaqueles. Si es muy largo, conviene una tirada grande pero debe existir la seguridad de que se recuperará la inversión con las ventas. Lo básico es nunca imprimir más ejemplares para bajar el costo por unidad.

En cuanto a la entrega, asegurémonos de que el autor comprende la importancia de las fechas de entrega. Detectemos las fechas demasiado optimistas y preveamos otros compromisos del autor.

Refiriéndonos a los contratos, es imprescindible conocer las cláusulas usuales o pretendidas por la editorial o el autor. Por ejemplo, existen cláusulas de opción que comprometen al autor a ofrecer a la editorial su próximo libro; y cláusulas de ajuste que comprometen a la editorial a aumentar las regalías de un autor si aumentan las ventas.

Asimismo, debemos tener en claro los ingresos que podemos obtener con las ediciones en rústica, coediciones, traducciones, club de lectores y derechos de reproducción. La explotación de estas sublicencias es una actividad común pero existen otro tipo de derechos subsidiarios: de reproducción en distintos formatos, de antologías, adaptación televisiva, teatral y cinematográfica, y de merchandising; aunque los agentes de los autores intentan retenerlos para conseguir proyectos más beneficiosos para su representado sin la intervención de la editorial.

Por lo que respecta a la firma de un contrato, debemos verificar cada elemento del contenido, que los ingresos por derechos subsidiarios sean razonables, esclarecer todos los derechos legales con el autor y verificar si queda excluido del contrato algún formato con el que se podrían obtener ganancias en el futuro.

Se trata de estar atentos a errores comunes en la planeación: sepamos que cualquier desviación en la extensión o plazo de entrega desequilibrará las proyecciones editoriales; que la falta de objetividad puede conducir a malas decisiones y roces con colegas; y que los grandes anticipos deben ser evaluados según el tipo de editorial y la importancia en su catálogo y éxito que tenga el autor para su editorial.

Estas son algunas de las consideraciones que un buen editor deberá tener en cuenta al momento de encarar contrataciones de proyectos.

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