domingo, 25 de agosto de 2013

La decisión de elegir una línea editorial

Definir cuáles líneas editoriales ha de manejar una empresa editorial es crucial; es parte de la definición de una editorial, su misión y su visión.
La oración citada del capítulo "Breve panorama de la industria editorial contemporánea", del libro Manual de edición. Guía para editores, autores, correctores de estilo y diagramadores, del Cerlac, hizo que me cuestione algunas ideas y situaciones personales al respecto.

Desde que algunas personas de mi entorno se enteraron que estudiaba Edición  surgieron comentarios y propuestas para que yo los editara. En esos momentos recién empezaba la carrera por lo que no contaba con conocimientos teóricos para evaluarlo y mucho menos sobre cómo llevarlo a cabo.

No eran propuestas similares. Una era de opiniones sobre la Iglesia de un hombre mayor católico que ni siquiera tenía un manuscrito pero tenía intenciones de publicar algo. La otra propuesta era la de un obrero metalúrgico, artista plástico y poeta que quería publicar sus poemas y regalar su libro a sus compañeros de trabajo.

Al recibir estas propuestas pensé que, en un futuro, podría llevarlas a cabo para adquirir experiencia. Sin embargo, no había pensado en lo que se ha charlado en distintas clases, tanto en el seminario como en Edición editorial: la diferencia entre una empresa editorial y una empresa de servicios editoriales.

En una empresa editorial el cliente es el lector. En una empresa de servicios editoriales el cliente es el autor.

Llevar a cabo ambos proyectos sería trabajar como una empresa de servicios editoriales, porque no estaría definiendo la misión de mi editorial; no tendría en claro cuál sería la línea editorial elegida. Pero la realidad es que no tengo bien en claro cuál es la línea editorial que me gustaría seguir y desarrollar. Solo sé que necesito adquirir experiencia en proyectos editoriales.

¿Pero cómo puedo llevar a cabo proyectos editoriales si no defino qué línea editorial quiero seguir? ¿Es posible primero trabajar como una empresa de servicios editoriales y después pasar a ser una empresa editorial?

En cuanto al catálogo, ¿qué clase de catálogo se conformaría?, ¿en realidad existiría uno? Porque no reflejaría una línea editorial sino distintos trabajos realizados entre los que no habría relación. Tal como especifica Davis en el capítulo 1 de Gestión de proyectos editoriales. Cómo encargar y contratar libros:
(…) los catálogos se organizan en torno de un mercado (…). Su organización permite establecer la base sobre la cual desarrollar un producto que satisfaga una determinada necesidad o apetencia (…).
Por eso, en caso de que iniciara mis actividades como una empresa de servicios editoriales e imprimiera cualquier manuscrito solicitado por su autor, al pasar a trabajar como una editorial propiamente dicha mi editorial no tendría un catálogo conformado y mucho menos unificado.

Me queda pendiente, entonces, averiguar si es posible cambiar de tipo de empresa o decidir qué línea editorial voy a desarrollar antes de iniciar mis actividades como editora.

lunes, 19 de agosto de 2013

Más cerca de los lectores



El video sobre Luis Soriano, promotor de la lectura que se hace llamar Biblioburro, brinda información sobre un actor al que tal vez se le brinda muy poca atención en nuestra carrera: los promotores de lectura.
Soriano crea una biblioteca itinerante y se transporta en burros hasta poblados de regiones alejadas de las ciudades y con escasos recursos educativos para llevar libros a los niños de esas comunidades.
Un editor también tiene que estar enterado de todas aquellas personas promotoras de la lectura que estén relacionadas con el proyecto que esté llevando a cabo y no solo enterado sino también tener una relación profesional que permita conocer las necesidades que, según este actor,  posee el segmento al que nos dirigimos.
También existen programas o concursos oficiales que buscan conocer nuevosmétodos sobre el fomento de la lectura. Uno reciente fue “Magia en las librerías”, organizado por la Fundación El Libro en el marco de la Feria del libro infantil y juvenil, en el que se pidió a librerías de todo el país que enviaran una presentación de las actividades que desarrollan para acercar el libro a los lectores.
Los proyectos editoriales deben tener en cuenta a los promotores del a lectura, ya que incluso se puede trabajar en equipo y cooperar en el camino del libro de la editorial al lector. Lo importante es, en un principio, buscar la forma de acortar la distancia entre la comunidad y los libros y dejar que la relación entre ambos vaya surgiendo naturalmente.




En cuanto al documental sobre Everardo Zapata, es importante observar lo visionario que fue este maestro en su época al editar un libro que cumplía su objetivo principal: que los niños peruanos aprendieran a leer de una forma entretenida.
Zapata comenta en el documental que analizó los libros de enseñanza con los que contaba para dictar sus clases pero supo darse cuenta que no eran apropiados para los lectores. Es así que crea Coquito y una nueva fórmula editorial que se ajusta a las necesidades de los alumnos de aquella época: un libro sencillo, económico, con más ilustraciones y frases sistematizadas que ayudaban a los alumnos a aprender a leer.
Lo exitoso de esta fórmula editorial, creo yo, es que podía adaptarse para otros países, otros sistemas de impresión como el braille, incluso a empresas como Disney; que también permitía complementar la enseñanza con canciones y poemas, o con elementos auxiliares como tarjetas de palabras y cd rom en los últimos tiempos. Es así que, incluso con modificaciones, Coquito lleva más de 50 años de reedición y ha sido utilizado en 12 países.
Sin embargo, creo que la fórmula editorial se quedó en el tiempo y, si bien puede ser efectiva, no se adapta a las necesidades de los chicos de los tiempos actuales. Creo que podría ir adaptando el libro de enseñanza no solo teniendo en cuenta las necesidades de los chicos sino también profundizando en los motivos por los cuales el gobierno peruano prefiere utilizar otros materiales educativos y no Coquito.
Creo que ambos videos demuestran la importancia de detectar las diversas necesidades de los lectores a los cuales se dirija nuestro proyecto, algo que no puede faltar en la lista de responsabilidades de un buen editor.

sábado, 17 de agosto de 2013

Intro-Presentación

Se supone que para cursar este seminario lo ideal sería tener un proyecto editorial en mente. Si bien no es así, tengo un proyecto de tesina iniciado durante mi cursada del seminario Cómo hacer una tesina que creo que, si lo pulo un poco,  podría convertirse en un proyecto editorial.
Algo que pude comprender después de las primeras clases del seminario es que los originales no siempre se encargan o llegan por parte de un escritor.
En mi caso podría tratarse de un original basado en una (posible) tesina que dé cuenta de cómo fueron los primeros proyectos editoriales de egresados de la carrera entre los años 2003 y 2011, donde se haría hincapié en aquellos proyectos que demuestren que la carrera no solo nos brinda conocimientos para desarrollarnos como editores en relación de dependencia sino que nos permite iniciar proyectos en distintos sectores del ámbito editorial: edición digital, derechos editoriales, agentes literarios, diseño gráfico editorial, servicios editoriales, gestión de librerías, servicios de corrección, edición de revistas, creación de editoriales, entre otros casos.
Como comento en líneas anteriores, no tengo un proyecto editorial en mente pero confío en que podría utilizar el proyecto de (posible) tesina para un proyecto editorial que pueda llevarse a cabo.
El tiempo, mi voluntad y mi trabajo dirán si es posible concretar esta idea.