viernes, 5 de diciembre de 2014

Comentario sobre Recetario amazónico de Dios


Si hay un libro de poemas del que me enamoré por su diseño general y su contenido principal, es este. Se trata de una nueva edición de Recetario amazónico de Dios. Veintiún poemas, de Nicomedes Suárez Araúz, editado por Editorial 3600.

La obra original contiene hermosos poemas sobre la Amazonia, escritos como recetas culinarias tradicionales. En la edición que adquirí en la FIL de La Paz, Bolivia, se intentó dar valor a la obra agregando ilustraciones de Lázaro de Ribera, un prólogo de Thiago de Mello (poeta brasileño) y una entrevista al autor publicada en el 2003 en la revista literaria The Bitter Oleander.

Como toda enamorada, no me importan los defectos que tiene, sigo eligiendo esta obra. Sin embargo, el blog es sobre contenidos editoriales, así que voy a mencionar los defectos (dos de los cuales surgieron al intentar hacerla más atractiva) y los detalles positivos que tiene el libro además de su contenido.

En primer lugar, la reseña de la contratapa es muy larga; detalla demasiado la forma en la que el autor se inspiró para escribir los poemas. Realmente considero que no es necesario incluir la historia; sí, es interesante pero para estar dentro del libro. De hecho, el autor la describe en la introducción, por lo que hay una redundancia de contenido. Hubiera sido bueno dejar solo los comentarios que autores reconocidos expresaron sobre Suárez Araúz. En lo personal, eliminaría la larga reseña y escribiría una en la que resaltáramos los poemas exclusivamente, junto a los comentarios acertados de los autores.

En segundo lugar, una de las falencias generales es el trabajo del diseñador. Desde mi punto de vista, la fuente elegida para los títulos no es la más acertada. Algunas mayúsculas parecen tener tildes que no deberían tener, lo que confunde la lectura. Y también se hace evidente que no se utilizó la herramienta de corte de palabra; podemos encontrar sílabas divididas en el prólogo de la primera edición, en los agradecimientos, en la entrevista y también en la biografía.

Otra falencia general es la corrección o su completa omisión. Simplemente parece no haber tenido lectura alguna. Los títulos de los poemas tienen mayúsculas que no corresponden y en las secciones que describo en el párrafo anterior faltan varios signos de puntuación, además del ya mencionado corte de palabras erróneo no detectado y, obviamente, no corregido. Es posible que el editor haya considerado que la traducción no necesitaba ser corregida. Grave error.

Y, como detalles menores, pero no invisibles, quedó una hoja en blanco al final de la obra y no se incluyó el colofón (aunque desconozco si en Bolivia es obligatorio incluirlo, o no).

Para equilibrar un poco la balanza, tengo que resaltar que, en lo que se refiere al objeto, es un libro delicado y hermoso. Una portada atractiva y sencilla, en tapa dura; encuadernación cosida y pegada con un pequeño detalle autóctono; páginas de guarda clásicas; una ilustración en lugar de una portadilla y también ilustraciones al iniciar y al terminar cada sección.

Creo que la intención de agregar valor a la obra era buena; sin embargo, esto no tiene sentido o pasa totalmente desapercibido si no hay un cuidado de la edición que abarque la obra en su totalidad.

Espero que en una próxima edición, en esta u otra editorial, se puedan corregir las falencias para que el lector pueda disfrutar del libro de principio a fin.