viernes, 6 de septiembre de 2013

Otra oportunidad

Al pensar en la idea de editar un libro uno a veces solo se imagina que debe tratarse de una novedad, algo nuevo que todavía no se ha editado o siquiera escrito. Al menos así fue en mi caso. Sin embargo, fue bueno aprender sobre la posibilidad de “revivir sobrevivientes”.

Como editores podemos darle nueva vida a archivos recuperados pero nunca editados,  o a archivos que sí fueron editados hace mucho tiempo pero que, desde una nueva edición, podemos enriquecer dándole un valor agregado que mejore claramente sus ediciones anteriores.

En lo que respecta a la producción, podemos mejorar la calidad del libro, el diseño y los elementos paratextuales.

También podemos llevar a cabo traducciones de antiguas obras ya que es una forma de recuperarlas y salvarlas del olvido; darle nueva vida en otro mercado o en el mismo pero para un público renovado. A la inversa, también podríamos traducir nuestras obras para lanzarlas en nuevos mercados donde consideremos que tenemos lectores que podrían estar interesados en la misma.

Otras posibilidades que vienen a mi mente son trabajos escritos como tesis, tesinas, ensayos y trabajos de investigación que puedan ser la base para un manuscrito de un proyecto editorial que sea transmitido a otro tipo de lectores para los que se había pensado.

Cuando menciono “otro tipo de lectores” me refiero a que, por ejemplo, una tesis pudo haber sido pensada solo para ser leída por profesores pero con su recuperación y una nueva edición el segmento de lectores puede ampliarse y/o enriquecerse con un buen paratexto y/o producirse aumentando su calidad en lo que respecta a materiales.

Y otro tipo de recuperación actual que considero importante es la digital. El archivo de un original pensado para la producción en papel puede ser utilizado para la producción de e-books, e-pubs o para una edición disponible online. Estos nuevos formatos permiten transmitir el libro o proyecto por otras vías a otro tipo de lectores y a otros mercados internacionales. Incluso se pueden evaluar las bondades que la edición electrónica tiene para las nuevas campañas de marketing y aprovechar la viralidad de la información a través de las redes sociales. Asimismo, enriquecer la obra con imágenes audiovisuales que puedan completar la experiencia.

Entonces considero que debo (debemos) investigar sobre libros antiguos o fuera de circulación, en nuestro idioma o en otro, y revisar nuestros antiguos catálogos para repensar nuestras ediciones y verificar la posibilidad de reeditarlos.

Se trata, entonces, de darles una nueva oportunidad o, incluso, más de una.